¿ESTÁS PREPARADO PARA SALVARLE LA VIDA A ALGUIEN?
¿Sabes qué es una situación de emergencia? ¿Conoces perfectamente el protocolo de actuación en estos casos? ¿Se diferencian las actuaciones en el niño y el adulto? ¿Qué debemos hacer? Si dudas al responder alguna de estas preguntas, sigue leyendo, en unos minutos puedes aprender a salvar vidas.
Y es que el SEMES (Sociedad Española de Medicina de Urgencia y Emergencias), afirma que solo un tercio de los europeos se siente con plena confianza para prestar unos primeros auxilios, siendo España el país que cuenta con menos desfibriladores con respecto al resto de la Unión Europea.
Nadie quiere verse envuelto en una de estas situaciones, ni como socorrista, ni mucho menos como víctima, pero se dan con una elevada frecuencia y, por ello, debemos estar preparados. Al día se producen entorno a 100 paradas cardíacas súbitas, tanto en centros deportivos como en la vía pública y en los hogares, y sólo el 5 % de las víctimas sobreviven, en parte, por la poca formación que hay en la sociedad.
¿Te impresionan estas cifras?
Comencemos a detallar qué podemos hacer.
Lo primero es conocer si estamos ante una situación de urgencia o de emergencia:
- Las situaciones de urgencia se definen como aquellas en las que la víctima puede sufrir consecuencias graves pero no comprometen la vida de la persona. Tendremos que actuar en poco tiempo, pero no de forma inmediata.
- Las situaciones de emergencia son aquellas en las que la vida de la víctima está en peligro, deben atenderse en pocos minutos y suelen ser necesarios equipos de emergencias con soporte avanzado.
Para poder realizar esta identificación, deberemos valorar tres sistemas de forma breve y concisa, manteniendo a la persona tumbada en el suelo sobre una superficie dura:
- Sistema nervioso: habla a la víctima, tócala, muévela con cuidado y comprueba si te responde de forma visual, motora o habla.
- Sistema respiratorio: mide cuántas veces respira al minuto (lo normal 12-16), si la respiración es eficaz y si se oyen ruidos respiratorios. Aquí puedes realizar la maniobra ver-oír-sentir. Que te permite en menos de 10 segundos obtener mucha información de la víctima:
- Sistema cardíaco: mide si tiene pulso y cuantas veces le late el corazón al minuto (lo normal 55-75). Comprueba el color de su piel (pálido, azulado o rosáceo).
Estos sistemas componen un triángulo vital, en el que si uno falla, los otros dos lo harán en pocos minutos, provocando así el fallecimiento de la víctima. Si vemos alguna alteración a la hora de explorar, deberemos seguir actuando y vigilando su estado.
Generalmente se llama al 112 cuando se hace esta primera evaluación, que debería llevarte no más de un minuto, ya que con esto tendrás información suficiente para poder dar los datos que te va a pedir el operador que te responda a la llamada. Recuerda que el 112 te va a hacer varias preguntas, para clasificar la situación en función de su riesgo y mandar el personal de emergencias más adecuado en cada caso. Así que sé paciente y contesta de forma tranquila y clara.
Mientras llegan los servicios de emergencias, continuamos con nuestras actuaciones.
Si la persona está consciente, respira y tiene pulso, vamos a proceder a colocarla en posición lateral de seguridad (PLS), la cual nos va a permitir seguir vigilando a la víctima por si hubiera un empeoramiento de su estado de salud, así como controlar que no tenga riesgo de atragantamiento en caso de vómito y que no se vuelque de nuevo.
Realizar esta maniobra es muy sencillo, te digo los pasos a seguir:
- Colócate de rodillas junto a la víctima, a la altura de su tronco
- Coge su brazo que está más cercano a ti y ponlo en ángulo recto, de modo que la mano quede por encima de la cabeza y con la palma hacia arriba
- Pásale el otro brazo más alejado a ti por encima de su pecho hasta que el dorso de dicha mano, se le apoye en la mejilla más cercana a ti
- Flexiona la rodilla del lado contrario, apoyando el pie en el suelo
- Coge la pierna con una mano y el brazo con la otra y tira simultáneamente hacia ti
- Coloca a la víctima cómoda, asegúrate de que su cuello esté neutro
Si al realizar la evaluación nos encontramos ante una parada cardiorrespiratoria (PCR), habrá que hacer una reanimación cardiopulmonar (RCP). Para ello existe un algoritmo de soporte vital básico, diferente en niños y adultos.
En el adulto se realizan 30 compresiones torácicas y dos insuflaciones, o 100 compresiones torácicas al minuto. Esta última opción en caso de que tengamos alguna dificultad para realizar las insuflaciones.
En el adulto la causa más frecuente de PCR es la cardíaca, por lo que damos prioridad a las compresiones torácicas, para ayudar a impulsar la sangre desde el corazón a las arterias y que continúe la función circulatoria.
El algoritmo de soporte vital básico en niños es algo diferente, en parte porque las causas de parada son diferentes a las del adulto, siendo los accidentes y los problemas respiratorios los principales.
Así, en los niños vamos a realizar 5 ventilaciones lo primero de todo y si con esto sigue sin responder, entonces pasamos a realizar 15 compresiones torácicas y 2 insuflaciones.
Tanto en adultos como en niños, si tras realizarles las maniobras de resucitación recuperan el pulso y la respiración, se les colocará en la misma posición lateral de seguridad explicada antes y continuaremos vigilándoles por si vuelve a producirse una parada. Si no responden, seguimos con la reanimación hasta que lleguen los servicios de emergencias.
Además de estas maniobras, contamos actualmente con unos dispositivos llamados DESA (Desfibrilador Externo Semi Automático), capaces de identificar la causa de la parada cardíaca y generar una descarga para restablecer el impulso cardíaco si es necesario.
Estos aparatos son de un uso muy sencillo, ya que soo tienen dos botones (on/off y descarga), y cuando se encienden, una voz nos irá diciendo lo que hay que hacer en cada momento, nos explicará cómo colocar los parches y nos advertirá si es necesaria la descarga para apartarnos de la víctima y pulsar el botón correspondiente.
Lamentablemente, contamos con muy pocos DESA en nuestro país, tanto en zonas públicas como centros privados. Estos dispositivos son capaces de salvar la vida del 80 % de las paradas producidas por una alteración del impulso eléctrico.
Es comprensible que, si nos encontramos de forma inesperada ante una situación de este tipo, nos vamos a poner nerviosos, sentiremos miedo y a la vez ganas de hacer todo lo posible. Así que te voy a dar un consejo, memoriza los algoritmos y repásalos de vez en cuando, practica la posición lateral de seguridad con amigos o familiares, lleva un protocolo en la cabeza muy estandarizada, porque ante una situación de nervios, tener las cosas claras os ayudará a ti y a la víctima.
Tenemos la obligación de prestar socorro a una persona en peligro, pero también somos responsables de las actuaciones que hagamos y sus consecuencias. Si una actuación va a suponer poner en riesgo a más testigos o incluso a nosotros mismos, debemos valorar riesgo y beneficio, pero siempre habrá algo que puedas hacer.