El verdadero significado de “estar demasiado ocupado”
La historia está plagada de mitos relativos a las guerras, la caída de las civilizaciones o los superhéroes, por poner un ejemplo… Si bien, la mayoría de estos relatos no se corresponde con la realidad, son creídos, diseminados y perpetuados por muchas personas. Así como existen mitos respecto al tiempo pasado, existen otros relacionados con el tiempo presente, uno bien extendido en la sociedad actual es el que pretende explicar “la falta de tiempo” haciendo apología de una “vida demasiado ocupada”.
Seguro que a ti, crossfiter, te suenan algunas de estos comentarios de compañeros, familiares y amigos que aclaman tu “gran suerte” por contar con un tiempo “extraordinario” concedido del más allá para entrenar y alegan la falta del mismo por su parte:
- “¡Qué suerte la tuya! Yo no tengo tiempo para entrenar”
- “No tengo tiempo para estar preparando y pensando las comidas de la semana”
- “Tengo demasiadas cosas que hacer para ponerme a estirar”
- “Nunca me da tiempo a desayunar”
- “A ti te sobrará el tiempo, yo tengo demasiadas cosas que hacer en el día para permitirme dormir de 7 a 9 horas por noche”
¿No tienes tiempo o no es tu prioridad?
Es importante reconocer que muchos de estos mitos implantados son en realidad “justificaciones” de nuestro comportamiento respecto al tiempo, que nos impiden administrarlo mejor.
En principio, la palabra “ocupado” suena como una excusa totalmente aceptable. A la simple pregunta de “¿Cómo estás?”, encontramos muy común la respuesta “ocupado, como siempre”. “Ocupado” es una gran pretexto porque suena plausible a la vez que positivo. Sin embargo, los mismos que afirman estar demasiado ocupados para entrenar son los que milagrosamente pasan horas tumbados en el sofá viendo series completas en Netflix, quedan para salir a tomar copas con los colegas todos los fines de semana o encuentran tiempo para buscar vídeos chorras por Internet. Con estas declaraciones, no pretendo juzgar cómo cada persona decide pasar su tiempo libre. No hay nada malo en ver un programa de televisión o navegar por Facebook, pero si estas actividades te están alejando de lo que realmente quieres, sería interesante un replanteamiento sobre cómo gestionar tu tiempo y prioridades.
“Yo no tengo tiempo como tú para entrenar”
Esa es una frase realmente estúpida.
Todos tenemos exactamente la misma cantidad de horas al día, tan solo elegimos realizar cosas distintas. Lo que sí es cierto es que no todo el mundo es consciente del control que posee sobre su propio tiempo.
“No tener tiempo” significa realmente “no es una prioridad”. Piensa en una situación reciente en la que hayas usado la frase “no tengo tiempo” como excusa. Ahora, reemplázala por “no es una prioridad para mi”. En la mayoría de los casos encontrarás que esta última frase es más válida y precisa. El problema de creer que no tenemos tiempo es que no hay manera de agregar más horas a un día y se convierte en una afirmación limitante que nos mantiene atascados. Ser honesto y admitir que no es una prioridad es mucho más poderoso a la hora de evaluar tus prioridades, poder ajustar tu lista de tareas pendientes y programar tu agenda en consecuencia.
“Estar demasiado ocupado” es un eufemismo para “no puedo manejar mi tiempo con eficacia”. ¿Tienes tu agenda al día? ¿Serías capaz de determinar tus prioridades mirando tu calendario? ¿Programas las horas que vas a ir a entrenar esta semana? ¿Tienes tiempo planificado para los estiramientos o preparar tus comidas? ¿O simplemente vas improvisando cada semana?
En mi experiencia, si no lo programas, es poco probable que suceda. Da igual si eres madre de tres churumbeles, ama de casa, trabajas a media jornada o eres una persona de negocios… Lo recomendable es dedicar un rato el domingo por la noche o el lunes por la mañana para planificar tu semana. Cambiar nuestro lenguaje nos recuerda que el tiempo es una elección. Si no te gusta cómo estás gastando una hora de tu día…¡Cámbialo!
La próxima vez que te digan “que suerte la tuya, yo estoy demasiado ocupado para ir a entrenar”, que no te engañen pensando que es una excusa válida y razonable, porque todos tenemos las mismas 24 horas cada día. ¡Y tú las aprovéchalas al máximo en lo que tú quieres! Sin excusas.